jueves, 10 de septiembre de 2009

Sentencia


Yo te sentencio a estar sobre mi mar hasta que el sol se vuelva cuadrado, hasta que nuestros corazones deje de latir como lo hacen ahora, ahora. Ahora, en este instante, en el instante en que el pulso se vuelve violento, y los ojos comienzan a cambiar de color en el instante en que el lenguaje se vuelve silencioso y diferente, en el instante en que la piel se eriza y se vuelve helada bajo 25 grados calor, en el instante en que pido un espejo antes de verte, en el instante en que no se sabe como vomitar la acumulación de emociones que se mezclan entre sí dejandome sin oxígeno. Oxígeno que solo tú me puedes devolver.

Te sentencio a que mi nombre brote de tu boca cuando estés bajo el mar, porque yo seré tu salvavidas. Te sentencio a escuchar la tarde en que empecé a morir por tí, a que logres entender cuando di mi libertad por quedarme aquí. Te sentencio a caminar conmigo y que todo se vuelva una locura, a que tu seas mi especialidad.

Y yo, me sentencio a ser tu sueño de cristal que no se quebrará.

(Esto es más que un te quiero)

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