Sí, no lo negaré.
Me quedé demasiados minutos comiendome tu olor en las sabanas, almohada y cubrecama.
Sonreí al recordar las mañanas, tardes y noches otra vez.
Me perdí recordando por minutos.
Perdí la movilidad de mis pestañas y la viveza de mis neuronas al pensarte.
Compré boletos a otra ciudad para cumplir mi cita y cuando volví a tierra se puso nublado, quedaba poco sol y mis piernas se cansaron. En 5 minutos, 2 minutos y medios eran para soñar y el resto para convencerme de lo contrario, veamos si así funciona. Quizás tomando café que no es café se puede creer lo incierto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario