lunes, 20 de julio de 2009

Heroína, droga, marihuana,


La velocidad rompe lo real. Este es un alfabeto mudo para un mundo sordo, bailamos jazz en medio de la multitud pero nadie lo sabe, ninguna multitud, no. Gritamos lo que sentimos en los andenes pero nadie nos ve, nadie. Podemos hacer el amor en mi cama pero mi cama no sabe que hay dos cuerpos encima de ella, y las murallas no escuchan los susurros, las murallas ni la cama no. Tengo una idea, aprovechemos que el mundo no nos entiende y hagamos todo lo que nunca se nos ha pasado por la mente hacer, porque éste es un secreto, y los secretos son únicos e incomprensibles, son locos y curiosos, son aventureros, los llevamos en la lengua, en los dientes, en mis frenillos, en las manos, en los ojos, en el pelo, en la cara, en los pies, en las piernas, en la ropa, y hasta en los labios, pero nunca brotan. Porque es un secreto.

La presencia lleva la íntima herida de su precariedad, atrapada por una ausencia que la borra. Y sobre todo prevalece aquí la viva voz inquietada por sus hallazgos y protestas, por sus alegrías y terrores. Vuelves/vuelvo porque el asesino siempre vuelve al lugar del crimen.

3 comentarios:

Ralu!! dijo...

lets do it?


Interesante tu reflexion aveces pienso lo mismo de una forma mas nefasta pero no asi menos exitante xD

neverending, dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
neverending, dijo...

Una perfecta reflexión, sin duda