Día viernes a las 8 de la mañana, un rico nectar atraviesa mi garganta, la de Sandy, Pancha y Xime. A las 11 ya estabamos raja.
Y es que entre tapita y tapita se nos pasó la mano y más asumir cómo no nos podemos aguantar ni a la tarde. Con jumper, con cuadernos, con lápices, con una profe hablando adelante, con tareas que hacer PAF pa dentro noma el néctar con nosé cuanto grados de alcohol.
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