martes, 4 de agosto de 2009

Como es de costumbre no estás. No vienes, no llamas, no te apareces, no te escucho, no esto y no lo otro. Si supieras que hoy te vi en la mañana, en el metro, en la micro, en la fila, en la boleteria, en el preuniversitario, en el recreo, en mi puesto, entre la gente, en mi pieza y en mi casa entenderías lo que pasa.

Por esto, me aprovecho de mis gritos en vano y te canto una canción, para verte en las madrugadas que te veo, para ver como te apareces entre la multitud, para ver como está tu nombre en las murallas y te veo sonreír escuchandome paciente.

Al terminar agradezco.

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