"No te ha llegado, pero cuando te llegue te llegará fuerte".
En su momento le encontré la razón, cuando me cambié de ciudad dije que no le achuntó, esta vez no. Y ahora, descubrí que tenía razón, ya han pasado los meses necesarios, sin embargo cuando paso por fuera del bus que me lleva a esa ciudad me detengo, miro y prefiero seguir mi camino a casa en la nueva ciudad que quise ir porque sería mejor así.
Un día, tomé el bus, y ahí estaba, me puse lentes negros y audifonos para escuchar sólo mi carnaval y para que me costara distinguir el carnaval de él. Nos cruzamos solo una mirada, hablé rápido y dije cosas sin sentido, miré alrededor y dije que me iba, sin decir después como era de costumbre "nos vemos".
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