sábado, 5 de diciembre de 2009

Viaje


Ya van 7 días y recuerdo al lunes perfecto diciendo: de aquí al fin de semana estaré mejor. Lo estoy. Hay días en que amenezco bien cuando mi sueño no fuiste tú, y otros que amanezco lamentando lo que ya no se lamenta cuando caminaste entre los nudos de mi cabeza durante una madrugada de ojos cerrados.

Puede que buscar la distracción en cualquier lugar y con cualquier persona no sea lo mejor, pero al final del día sacas conclusiones que fue lo mejor que hiciste, y al otro día despiertas en la duda, mientras que luego de volver hablar sientes arrepentimiento y te cuestionas tu masoquismo.
Después, cuando crees que haz tomado las riendas y que vas rapido y bien sujetada a ellas, algo o alguien viene a la cabeza hablandote tal como viste/oíste ese día, dandote un porrazo fuerte bajo las riendas, volviendote a parar para volver a sujetarlas, pero rápidamente la debilidad vuelve hablarte y tus manos se enfrian cayendo lento hasta la cara, para secarte mientras te limpias los ojos.

Al menos, ciertas cosas sirven para volver a sonreír en la micro, pero pronto, un freno te avisa que se acabó.

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