lunes, 16 de noviembre de 2009

Extraído


...tampoco me iré y devolveré, ni mucho menos te quitaré el saludo, no me compraré ropa ni te llamaré colgandote al escuchar tu voz. No le diré cosas a tus amigos para que te las hagan saber, tampoco haré que de casualidad nos vemos, no pasaré cerca tuyo ni me vestiré elegante. No me pondré más activa para después comentarte lo bien que me ha ido ni me colocaré colorete más rojo como sé que te gusta. No esperaré a que me digas que me quieres ver ni me quedaré sentada para estar atenta a tu llamado, menos te diré que ya no te extraño porque no me miento ni tampoco lo haré para demostrarte que estoy feliz, porque tampoco le miento a los que quiero. No divulgaré todo lo bueno para que te comenten lo mejor que estoy, ni te diré recordando los días que pasé sin comer, tampoco pasaré sexy frente a tu cara, ni bailaré como me gusta solo por llamar tu atención, porque cuando te conocí, llamé tu atención con jeans, polera, zapatillas, cabello sin peinar, manos en los bolsillos, una mirada distraida, una sonrisa imperfecta, una caminata lenta y distanciada, una voz poco escuchada, unas palabras incoherentes, una risa contagiosa, modales vulgares. Tampoco fui una mojigata ni sumisa, pero pasé desapercibida por todos los pares de ojos de colores poco concretos, menos por los tuyos de miel. Sé que de todo lo anterior nada servirá, tampoco se me pasa por la mente, solo que tengo un poco amplia la imaginación, los colores, el cielo y tú.


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