domingo, 15 de noviembre de 2009

Mar sin agua


Una mujer está guardada en una botella con agua. Su hombre está fuera y le han advertido que si algun día éste siente sed y no hay otra opción que aquella botella de agua con su mujer dentro, tendrá que morir.


Pasaban los días calurosos y normales como todos, pero de pronto una intensa sequedad en su garganta se apoderaba de él, unas ganas locas de beber agua, unos deseos que se desbordaban por la piel, tanto así que hasta se agitaba de noche y de día.

La mujer observaba. Miraba todo lo que ocurría dentro de su botella, su casa, era su mar, y la mitad de su vida. Al ver que su hombre moría y que por culpa de estar dentro éste no podía beber de su mar, comenzó a sentir culpa. Cada día que pasaba y lo veia a él con los ojos pequeños, con sudor en la piel, mirandola con ganas, ella se quebrantaba y dijo para sí que si él estaba muriendo ella también lo estaría, entonces comenzó a bebe de su propia agua, hasta que se acabara.

Cuando faltaban gotas, la mujer ya estaba en agonía, hizo su último esfuerzo, bebió las últias gotas y murió sonriendole a su hombre que tenía los ojos puesto encima de ella, ojos con lagrimas, ojos cansados, ojos que se cerraron cuando no pudo más.

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